¿Teatro popular? ¿Comercial? ¿Rentable? Hay un fenómeno que no para de crecer a pesar de la tan comentada crisis, y es la venta de entradas para espectáculos de humor. Independientemente de las etiquetas, la cartelera teatral de una ciudad refleja lo que sus vecinos son y consumen. El uruguayo ama el carnaval, el fútbol, y últimamente, reírse a carcajadas. Y si se trata de salir a pasar un buen rato, no duda en agotar tickets.
Artículo por @nieves.pereyra

Uruguay es un país con gran cultura teatral. La Comedia Nacional, El Galpón y el Teatro del Notariado, entre otros, han forjado y sostenido que nuestro país sea uno de los que tiene más obras en cartel en simultáneo del mundo. Se habla de crisis económica y otros rubros se han visto afectados de forma notoria, pero el uruguayo no deja de ir al teatro, y consecuentemente, no paran de generarse obras y gestarse proyectos en espacios convencionales, y en otros no tanto. En los últimos años, en particular, hay una gran apuesta al humor. Podemos tener el debate de si es necesario brindar propuestas de mayor vuelo intelectual que trasciendan el populismo de ‘lo que quiere el pueblo’, pero para eso están en cartel las obras de la Comedia Nacional, a precios súper accesibles y con una propuesta realmente de lujo. Salas como Undermovie trabajan hace años, por otro lado, con la mal llamada “cultura popular”, y la recientemente inaugurada sala Magnolio apuesta también a la música y el humor con una grilla destacada de comediantes nacionales e internacionales.
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Es que el humor distrae y sana, pero también conecta. No en vano el último especial de comedia de Ellen Degeneres se llama “Relatable”. Y es que necesitamos hacer clic, sentirnos identificados en nuestras necesidades, en nuestra humanidad, y nada mejor que el humor para eso. Ya bastante con la política, la inseguridad y el cambio climático. Si vamos a salir e invertir dinero, que sea a pasar un buen rato. Por eso es que apuestas en espacios no convencionales como la de Teatro Breve, de miércoles a domingo en Sinergia Design, funcionan perfecto con un público más amplio en gustos y más joven de edad que el promedio de la audiencia teatral clásica que concurre a las salas de Montevideo.

Bajo la consigna de “Quince minutos, quince personas y una historia”, Teatro Breve propone obras de corta duración, en espacios reducidos y para poco público. La idea es que el espectador tenga una experiencia que vaya más allá de la obra en sí. El funcionamiento de la propuesta es súper ágil. Cada 30 minutos suena la campana para convocar al público, que está aprovechando el patio de comidas de Sinergia. Al espacio en el que se desarrolla la obra se puede ingresar con la bebida que estés consumiendo, lo que ya descontractura y predispone a pasarla bien. En 15 minutos ocurre todo el desarrollo de la obra, bajo una risa general a carcajadas. Salís, y según el ticket que hayas comprado, entrás a la próxima obra cuando suene la campana, o la dejás pasar, hasta la siguiente.
Si hay un lugar donde el contagio de la risa se vive como una comunión grupal, es en el reino del stand up comedy. El stand up como género ha vivido un desarrollo gradual y muy positivo en nuestro país, pasando del stand up puro de boliche nocturno a la salas de teatro. Este crecimiento se debe en parte a canales alternativos como las redes sociales y Youtube, y en parte al trabajo de Club de Comedia, que desde hace más de 10 años no solo por forma comediantes de stand up con sus cursos sino que trae al país a los mejores comediantes de exterior. Al momento de escribir esta nota, acaban de agotar la sala Camacuá que espera al genio de Hernan Casciari, y de la mano de la mano del club pudimos ver este año el show de Fer Sanijiao, comediante con especial en Netflix, y a Ezequiel Campa, entre otros que cruzaron el charco.


Acerca de Campa es famosa su anécdota, que cuenta que en un show anterior en Montevideo, un señor se fue de la sala porque hizo un chiste sobre un cura pedófilo. Eso nunca pasaría con Sanjiao que tiene un humor un poco menos controversial, aunque igualmente efectivo, y ciertamente no hace chistes sobre el aborto. Y es que lo interesante del stand up al día de hoy, es que nadie tiene porqué caer como en un paracaídas al show de un comediante en particular. Con el auge de las redes sociales, cada comediante tiene su público propio, ese que lo sigue como a estrella de rock, y que va a verlo sabiendo qué va a ver y con qué va a conectar. Eso solo puede garantizar que vamos a pasar un gran rato.
El mundo de la impro es otro reino que el público de comedia acompaña y disfruta. Desde el Improfest, Festival de Improvisación de Montevideo del año 2011, es un género que no para de crecer y sumar espectadores. Parte de este fenómeno se debe a la compañía teatral Impronta, pionera en Uruguay de este formato, y formadores también de improvisadores en nuestro país. Con más de 10 espectáculos en su haber, Impronta ha llevado (solamente en el formato Imprevisto) más de 35.000 espectadores a la salas de Teatro Movie. Imbatibles a la hora de convocar audiencias, Impronta tiene un público fiel que sigue cada una de sus propuestas y revive con entusiasmo las antiguas, como “Imprevisto Rock” que agotó 6 funciones de reestreno en el Undermovie este año.

Sin dudas, la comedia en formato impro se encuentra en alza en Montevideo. En este momento, hay 3 espectáculos de improvisación en cartel, lo cual es un montón para la plaza de nuestra ciudad. “¿Dónde está el guionista?” en el Teatro de la Alianza, “¿Quien es Harold?” en la sala cero del galpón, y “Portería” en Teatro de la Candela nos invitan como espectadores a participar y construir junto a los improvisadores la historia que queremos se desarrolle. Si nunca vieron impro los invitamos a hacerlo, se van a enamorar del formato.
Y como en el equipo de Flur somos #femalepower, no queríamos olvidarnos de las mujeres que hacen comedia, y les damos su merecido lugar, dejándolas para el final. Porque es emocionante ya no tener que recurrir a Netflix y vinito si queremos ver un buen show de comedia femenino, y lo queremos celebrar como corresponde. Manuela da Silveira y Laura Falero son ejemplos de mujeres comediantes que tienen cosas que decir. Cada una con su propuesta y su estilo, son de las voces femeninas que hace años vienen trabajando la identidad de la comedia femenina en primera persona, y la taquilla las acompaña.


Este fenómeno de las mujeres haciendo reír no es nuevo en nuestro país. Graciela Rodriguez agota funciones hace años con su unipersonal “Cómo evitar enamorarse de un boludo”, en este momento en cartel en Teatro del centro. Lo que sí es nuevo, y hace unos años atrás hubiera sido impensable, es que una mujer llene la sala grande de un teatro por sí sola con texto propio, porque “las mujeres solas, no cortan tickets”, y porque no estamos acostumbrados aún a que lo que diga una mujer en primera persona puede agotar butacas. Sin embargo, en pocos días, Flor Infante estrena su segundo unipersonal de humor, “Intensidad”, en la sala grande después de haber agotado prácticamente 20 funciones con “Jardín de Infante”, el año pasado. Larga vida a las mujeres comediantes que tienen cosas interesantes para contar.




