En 2014, se anunciaran las primeras relaciones entre Estados Unidos y Cuba, la isla socialista que llevaba sufriendo un bloqueo por parte del mundo desde 1961. A partir de entonces, el fervor turista por este destino se desató y como no podíamos quedarnos fuera, viajamos a vivir la experiencia en carne propia. Descubrimos que esta hermosa isla caribeña tiene todo lo que un visitante puede buscar: playas hermosas para descansar, muchísima historia por conocer, parques naturales donde hacer ecoturismo, música en las calles y buena comida.
Cuba parece haberse detenido en el tiempo, es una de las frases que más escuchamos por allí, y la realidad es que sí, realmente se detuvo en el tiempo. Antes del golpe revolucionario que derrocó al gobierno de Batista, era un país cosmopolita a la altura de París, Nueva York y Londres, donde se probaron los televisores a color por primera vez o las mansiones de la quinta avenida costaban más dinero que las de la quinta avenida en Nueva York. Una cultura muy influenciada por los esclavos africanos que llegaban en barcos españoles luego de la conquista, se caracteriza por una mezcla de ritmos, religiones y arquitectura (digna de ser admirada, por cierto).
Nosotros tuvimos la oportunidad de alojarnos en La Habana, en el primer hotel de lujo de todo Cuba. El Gran Manzana de la cadena Kempinski abrió apenas hace año y medio, y si bien es administrado por la firma extranjera, el edificio es del Estado, totalmente restaurado y renovado. Kempinski llega a suplir la necesidad de aquellos turistas que buscan alojamiento de elite, ya que si bien hay cadenas hoteleras en la isla, lo normal es que sean de tres y cuatro estrellas.
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Gracias a las negociaciones que se abrieron con Estados Unidos, en 2015 el turismo en Cuba creció exponencialmente y sigue en aumento, por lo que las autoridades detectaron otro tipo de turista que demandaba exclusividad. Así es que se instala Kempinski con un hotel de lujo, donde la elegancia y la atención de primer nivel son alevosos. El hotel está equipado con todo lo que puedas necesitar y más, tiene una piscina infinita en la roof top, gimnasio, solarium, un spa imponente con sauna (húmedo y seco), y piscina climatizada con una cascada que funciona a la vez como hidromasaje. Sin dudas, es un hotel para exigentes.
Otra forma de poder quedarse en Cuba son los alojamientos en casa particulares. Esto fue una medida que impulsó el gobierno en el período negro, luego de la caída del bloque soviético, que era aliado del país y principal punto de importación de todo lo que necesitaba.
Como forma de que las personas tuvieran otra entrada económica, el Estado les permite convertir sus casas en posadas o restaurantes. Para ello, es necesario la habilitación que acredite las condiciones necesarias para el hospedaje de turistas, y la habilitación de bromatología en el caso de los Paladares, como se denomina a las casas que reciben turistas a la hora de comer. Estos no solo son más económicos que los hoteles, sino que es una forma de acercarse a su día a día.
La Habana
Aunque nos vimos tentados a quedarnos en el hotel y disfrutarlo full time, no podíamos no salir a conocer la famosa capital de la isla. En otras épocas, La Habana fue cuna de socialités, visitada por famosos de todo tipo donde hasta Karl Lagerfelg hizo su desfile en 2016 aprovechando la apertura comercial y la efervescencia por Cuba. Y cómo será de hermoso su patrimonio, que el querido diseñador no adornó el Paseo del Prado, lugar donde se realizó el evento. Visitamos Paladar Casamia, uno de los tantos paladares que hay por la ciudad. Allí se come muy bien, especialmente recomendamos que se pidan mariscos y que con un trago en la mano vean la puesta de sol en el agua, el lugar está frente al Malecón así que tiene vista privilegiada.
Luego pasamos por La Ópera, un lugar de extranjeros. Esto es una ópera funcionando en una casona del siglo pasado, espectacular. Nosotros pudimos ver un show con tres cantantes mientras comíamos comida italiana. Algo a destacar también, es que este lugar tiene comida apta para veganos y vegetarianos, un buen tip para tener en cuenta ya que este tipo de comida aún no es habitual por la zona.
En La Habana vieja, estuvimos por el pintoresco Mojito Mojito, donde probamos los mejores mojitos de todo el tour. Aquí hay shows en vivo toda la noche y una selección de platos deliciosos. Música, buena comida y ricos tragos es la ecuación para disfrutar de un entorno como este.
Otro vestigio de lo que fue en algún momento una de las ciudades de moda, son los coches de los años 50 que vemos por la capital. Esos hermosísimos autos que usaron las modelos de Karl para ir desde el hotel al desfile, también te pueden llevar a vos de un lugar a otro. Y es otro ejemplo de la creatividad cubana ante un problema… Aquellos que se quedaron con autos al momento de la revolución, los cuidan como oro, ya que luego comprar era casi imposible dado el costo de lo importado.
Lesther Rodríguez, un cubano con una gran tenacidad creó Taxi Drivers Cuba, un servicio de choferes que te llevan a donde necesites en esos hermosos coches de época.
Al igual que todo negocio, está regularizado por el Estado, estos choferes particulares pagan impuestos y cuentan con habilitación para trabajar. Lesther trabaja con diferentes chicos y podemos asegurar que es una experiencia que vale la pena vivir. Todos ellos son amorosos y muy serviciales, de hecho, hicimos juntos el recorrido por La Habana y conocimos la casa del escritor Ernest Hemingway y las fábricas de puros que se siguen haciendo a mano.
Trinidad
Pero Cuba no es solo La Habana, y Lesther nos llevó a la segunda ciudad más turística más importante del país: Trinidad, un destino colonial súper colorido que está a cuatro horas de la capital, y tiene mucho por ver y conocer. En la Plaza Mayor, lo que salta a la vista es la Iglesia de la Santísima Trinidad, construida en el siglo XIX con una fachada neoclásica. Este es uno de los sitios más fotografiados de Trinidad, al igual que el Museo de Arqueología Guamuhaya, donde se encuentran hallazgos precolombinos y de la conquista española.
Un buen paseo es del Valle de los Ingenios, al que se puede acceder en un tour de tren histórico que dura dos horas, en taxi o a caballo. En este lugar, podemos apreciar cómo se obtenía el azúcar de forma manual, ya que la hacienda está intacta y muestra el trabajo de los esclavos. Y como no es de otra forma en Cuba, recomendamos visitar La casa de la toma, que fue abierta en 1974 y es un lugar dedicado al disfrute cultural a través de la música en vivo y buenos tragos como el Cachamare, bebida que se toma en vasija de barro y está preparada con miel, jugo de limón y aguardiente o ron. Recordemos que Cuba elabora el que es considerado el mejor ron del mundo, por lo que sus bebidas autóctonas están hechas a base de este producto.
Otra atracción de Trinidad es el Parque Nacional El Cubano, donde se puede disfrutar de ecoturismo con áreas para acampar, avistamiento de aves, cabalgatas y la cascada Jolgorio. ¿Imaginás darte un baño en medio de una cascada rodeada por cuevas? Placer absoluto.
Y es que las cuevas son comunes en la zona, en ellas se pueden ver pinturas rupestres que ilustran diferentes períodos de la vida, distintos tipos de animales y la atracción principal: una discoteca. Sí, una discoteca buenísima dentro de una cueva de piedra. Para ingresar a ella, vas descendiendo por las escaleras y te vas adentrando en la cueva hasta alcanzar el “salón” donde la magia sucede.
Tuvimos el gusto de ir a Taberna El Barracón y disfrutar de un show exclusivo de música, acompañado de platos muy ricos y un ambiente espectacular. La arquitectura del lugar mantiene lo clásico de antes, con un aire a La Toscana que te hace pensar que viajaste por un rato a Italia, pero su cocina es bien centroamericana, con mucho marisco y pescado. Además tiene el plus que podes alquilar la cava subterránea en donde podes encontrar una amplia variedad de vinos, y un ambiente mucho más reservado… Recomendamos!
La playa Ancón es un lugar idóneo para el buceo y la práctica del snorkel, gracias a la barrera coralina que se encuentra en sus aguas cristalinas. Además, es un must el buceo entre los barcos hundidos.
Por último, visitamos la zona de los cayos, particularmente Cayo Santa María. Estos son para hacer playa, para relajarse frente al hermoso océano y arenas blancas eternas. Aquí nos hospedamos en el mejor hotel de la zona, Meliá Paradisus, que fue una de las primeras cadenas hoteleras en instalarse en Cuba en los años 90 cuando la isla comenzó a presentarse como destino turístico.
Si bien gracias a la apertura comercial que se viene negociando desde el gobierno de Barak Obama, los cubanos encuentran más posibilidades, aquí hay una gran paradoja: mientras que los turistas encuentran todo lo que buscan, algunos de los lugareños pasan necesidades a la hora de conseguir cosas básicas que van desde toallitas femeninas hasta repuestos de autos. Pero debido a los más de 50 años de aislamiento, este pueblo ha desarrollado la creatividad a niveles increíbles y la necesitan para hacer frente a sus necesidades. Por ejemplo, los pocos mecánicos de la isla inventan y crean repuestos y herramientas; o las viudas dueñas de las pocas casonas que son particulares, las alquilan para rodajes y fotografías. Aunque han querido repararlas, les piden que no lo hagan, la gente va en busca de la decadencia cubana, esa belleza latente en lo que una vez fue hermoso, y hoy el tiempo le hizo de las suyas.
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Navegando a full en #cayosantamaria verano eterno de #cuba ?@rubiamala ?????
Cuba es sin dudas un destino para descansar de la vorágine de hoy, donde no hay publicidad que te esté continuamente intentando vender algo. La única propaganda que hay es del estado y son frases políticas o de intelectuales que simpatizan con el régimen. Claro que de a poco esto está cambiando, con la llegada de Kempinsky se abrió un paseo de compras con marcas que podemos encontrar en cualquier otro destino: Zara, Mango, Lacoste, L´occiten, Lancome, Giorgio Armani y Gucci, entre otras. Un lugar que es claramente destinado a los turistas, ya que el cubano promedio está lejos de poder comprar en alguna de estas tiendas.
Por último, y no por ello menos importante, algo a destacar del pueblo cubano es su honradez y sus valores. En Cuba, no hay violencia, no hay robos, la gente vive tranquila y podés salir a la madrugada que no sucede nada. Son personas con mucha educación, tienen acceso a la universidad y es muy normal que suceda que de pronto el verdulero esté estudiando para ser ingeniero, por ejemplo. Están muy preparados académicamente, pero como a veces no encuentran empleo de lo que estudiaron, les es más rentable trabajar en la industria del turismo o para extranjeros.
Esperamos que este proceso que está en desarrollo, le traiga al pueblo cubano más posibilidades para que se pueda visibilizar el talento de sus habitantes y el encanto de sus ciudades. Sin dudarlo, un destino 100% recomendable para viajar en familia, en pareja o con amigos. ¡Hasta la vuelta querida Cuba!
Artículo por Karen Fabregat – Fotos: Gabriella Rouiller y RubiaMala