No la vimos casi por un año…por si se preguntaban dónde estaba una de las modelos más conocidas en Uruguay en el último tiempo, acá te contamos un poco de su viaje.
Magela Borrás, modelo y estudiante de arquitectura, volvió del tan conocido y característico viaje de final de la carrera, y nos contó un poco más cómo fue vivir esa experiencia, y cuáles fueron sus lugares preferidos. Si todavía no leíste el artículo que le hicimos a principio de año con fotos de sus destinos favoritos, podes verlo acá.
Ya vuelta de tu viaje de arquitectura… ¿cuál es el balance general?
Fue increíblemente enriquecedor, y no podría estar más agradecida de la oportunidad que tuve de hacer ese viaje. Adoptar el nomadismo como estilo de vida por unos meses me enseñó a vivir el día a día al máximo. Si las cosas no se daban en ese preciso momento, no iban a ser nunca. Aprendí que no hay momentos que se puedan postergar, no sabía si iba a poder volver a alguno de esos lugares otra vez en mi vida así que no había espacio para el después. Me acuerdo cuando estábamos en Japón y nos quedaba únicamente una tarde para visitar Hiroshima. Estabamos agotadísimas y teníamos que salir desde Fukuoka, a 360km pero no había chance de dejar esa ciudad para otro momento, no sabía si alguna vez volvería así que nos tomamos el Shinkansen y en 2.30hrs llegamos. Parece mentira, pero en una tarde visitamos Hiroshima a muchos kilómetros de distancia y agradezco hasta el día de hoy haberme tomado ese tren.
El viaje me enseñó a disfrutar de las cosas más simples y básicas que existen como a enamorarme de los paisajes, de los amaneceres y atardeceres, y a entender un pedacito minúsculo de la inmensidad que me rodea. A extrañar mucho a mi familia y amigos, a crecer como persona y aprender cosas de mi que nunca había descubierto. Me volví extremadamente curiosa y me di cuenta que necesito muchísimo menos de lo que creía para ser feliz. De este viaje me llevo una lista de experiencias y momentos inolvidables que me van a acompañar el resto de mi vida.’
Si las cosas no se daban en ese preciso momento, no iban a ser nunca
¿Qué lugares fueron los que más te impactaron y por qué?
India me pareció impresionante. Fue muy intenso, me llevó un tiempo asimilar todo lo que había vivido. Visitamos Nueva Dehli, Agra, Varanasi, Jaipur y Chandigarh. La verdad es que la llegada no fue nada sencilla, las calles estaban extremadamente sucias y ruidosas, no eran tierra de nadie y circulaban personas, vacas, carros, autos, todos a la vez. El olor era muy fuerte, habían 40 grados y mucha humedad, la comida era muy picante, el agua de grifo estaba contaminada, en la calle era complicadísimo moverse, sin lugar a dudas que la llegada fue fuerte pero valió la pena cada segundo para conocer esa cultura tan increíble. Era curioso ver como entre tanto caos, más de uno nos sonreía y saludaban eufóricamente. La vida era impactante pero no me arrepiento ni un segundo de esa experiencia. Entre rezos y abluciones, vi uno de los mejores amaneceres de mi vida desde una barca en el Rio Ganjes.
Otro destino impactante, y diametrialmente opuesto, fue Japón. La limpieza extrema, el silencio absoluto en la estación de tren, la perfecta funcionalidad de los medios de transporte, la impecable prolijidad de las personas, entre otras cosas, da cuenta de una sociedad que está muy avanzada y que me desconcertó por completo.
Por otro lado, Moscú, fue una ciudad que me pareció inmensa, tanto urbanística como culturalmente. Tiene muchísima historia y te transmite constantemente su pasado como capital medieval, como sede de los zares y meca del comunismo en tiempos de la URSS al punto de ponerme la piel de gallina (algo similar me pasa con Berlin). La ciudad se convierte en un museo al punto que caminas por la calle y te encontras con artillería de la Segunda Guerra Mundial constantemente. De proporciones épicas, me impactó su monumentalidad y su latente orgullo por la historia.
Por último, Estambul y Capadocia. Estambul me pareció de las ciudades más hermosas e interesantes que conocí. Me quedaron grabadas las llamadas a la oración en altoparlante cinco veces al día, con la gente corriendo de un lado al otro, y las impresionantes mezquitas. Imposible olvidarme del color azulado del Bósforo, del Gran Bazar, del Kebab y de las tardes fumando narguile con mis amigos. Y Capadocia es mágica, el viaje en globo durante el amanecer fue una experiencia única, sin lugar a dudas es un destino al que volvería si o si.
¿Qué destacas de la experiencia de “viajar en grupo”?
Es una locura, pero que vale la pena vivir. Quedé asombrada de los niveles de paciencia que pude llegar a manejar, básicamente todo se resumía a eso y a tolerar. Aprendí un montón a convivir e interactuar con todo tipo de personas. Algo que destaco y que me marcó fue el hecho de que el viaje sacó el instinto animal de cada uno, habían ciertas pautas de comportamiento que me costaban mucho comprender que a veces me alejaban un poco de ciertas personas y me acercaban a otras, pero supongo que era los que nos permitía adaptarnos a las condiciones de vida, sacando lo peor y lo mejor de nosotros. Pasamos momentos extremadamente lindos y otros que no les deseo vivir a nadie. Pero es parte de la experiencia de vida, nada es tan terrible como parece y todo se supera. A la larga te das cuenta que, si bien cada uno tiene lo suyo, en el fondo somos todos iguales, que estamos un poco locos pero que sufrimos y amamos igual.
¿Un lugar en donde te quedarías a vivir?
Zurich, Suiza. Y me iría de vacaciones a las Termas de Vals!
¿Un lugar al que no volverías?
Imposible nombrar uno, volvería a todos.
En términos de arquitectura, si tuvieras que definir tu estilo preferido ¿Cuál sería?
No me gustaría definir ningún estilo en particular, justamente encasillar la arquitectura en determinadas categorías de estilo estético me parece que es lo que hace que con el paso de los años alguno pase a “envejecer”, y aunque inevitablemente se tenga que categorizar la arquitectura para su estudio, prefiero nombrarte un arquitecto a que un estilo. En ese caso, Peter Zumthor sería de mis preferidos, piensa la arquitectura como una serie de factores que en conjunto generan atmósferas, y en el viaje tuve la oportunidad de visitar algunas de sus obras como la Capilla de Campo Bruder Klaus y me enloqueció, verdaderamente entendes su manera de concebirla. No pasa únicamente por lo estético, es increíble como sus espacios te transmiten la energía de la materialidad, los sonidos y los olores.
¿Cómo fue volver a la realidad de Uruguay?
