Hasta no hace mucho, ver a una mujer con uñas de acrílico en Uruguay era una rareza. Por estos lados, las mujeres suelen elegir paletas neutras para vestirse y son pocas las que se animan a colores estridentes o diseños extravagantes. El maquillaje cargado está reservado para la noche, a diferencia de nuestras hermanas brasileñas o argentinas. Sin embargo, esto ha ido cambiando progresivamente.
Por Alejandra Pintos
Uñas a lo largo de la historia
Hasta mitad de siglo se usaron las uñas neutras, pintadas de beige, con la clásica francesita o, a lo sumo, de rojo —aunque este color no dejaba de ser escandaloso entre las conservadoras—. Y no fue hasta la década de los ochenta que aparecieron las uñas de acrílico y rápidamente se volvieron populares entre las comunidades afro y afrocaribeñas de todo el mundo. Justamente por eso, durante mucho tiempo el mainstream (racista) las consideró de mal gusto: estaban vinculadas a los estratos más bajos de la sociedad. No fue hasta entrada la década de 2010 que esto empezó a cambiar, en parte por la apropiación cultural de ciertas celebridades.

A nivel global, en los últimos tres años ha habido una explosión del universo del nail art. Esta tendencia probablemente tenga que ver la cualidad «instagrameable» de los diseños en las uñas y la influencia de personalidades como Kylie Jenner, Rosalía o Doja Cat, que se han convertido en fieles embajadoras.

En Uruguay, si bien no hay un registro, es evidente que el uso de uñas de acrílico ha aumentado exponencialmente y basta con entrar a las redes sociales o caminar por el centro para ver que también los salones dedicados a esto son cada vez más populares.
Según cuenta Tatiana Bentancor —alias Bella Bella nails— «las mujeres se han animado mucho más en cuanto al largo, los colores y diseños que se realizan. Obviamente, siguen estando las clientas que usan nude, colores clásicos o francesitas, que no está mal».
Semi permanente, kapping y esculpidas: cuáles son las diferentes técnicas
Esmaltado semi permanente
Es un esmalte gel que se lo endurece usando lámpara LED o UV, lo que acorta muchísimo el tiempo de espera del secado. Dura unas dos semanas y es una buena opción para tener las uñas siempre impecables (a diferencia del esmalte regular que se estropea rápido). Puede hacerse en colores plenos o con diseño. Según Tatiana, una de las técnicas más comunes es la de ombré, en la que se hace un degradé de tonos.

Kapping
A diferencia del esmalte, que trabaja sobre la uña, con el kapping se crea una capa protectora de acrílico que luego es esmaltada (aunque también hay quienes lo hacen con gel). El largo se mantiene dentro de lo natural, porque la idea es solo recubrir la uña. Duran unas tres semanas.
Previo a la aplicación del acrílico se pule la uña para volverla porosa y generar una buena adherencia del producto. Esto puede llegar a deteriorar levemente la uña, por eso es importante siempre hacérselo con un profesional. Por otro lado, puede ser beneficioso para personas que se comen las uñas y quieren dejar de hacerlo o para quienes tienen uñas muy quebradizas.

Uñas esculpidas
Con las uñas esculpidas el acrílico se extiende más allá del largo natual, se trata de un statement. Al tener más espacio, se pueden crear muchísimos diseños, desde encapsulados con glitter u otros elementos hasta piezas de joyería.
La contra que tiene es que al ser más larga genera más presión y se pueden llegar a quebrar. También pueden ser poco prácticas, pero eso ya es cuestión de gustos.

Nail inspo
Te dejamos algunos diseños para que te inspires.













