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Qué hay de cierto y qué no respecto a las constelaciones familiares en «Mi Otra Yo»

La serie de Netflix se volvió tendencia en la plataforma y semana tras semana sigue siendo una de las preferidas por el público uruguayo. Las constelaciones familiares están en el centro de la escena de esta historia turca que narra los amores, el esceptismo y la incondicionalidad de tres amigas.

Las protagonistas de esta historia son Sevgi, Ada y Leyla, tres amigas que han compartido casi todas las etapas de la vida juntas. Ada es una reconocida médica de Estambul que tiene como paciente a su amiga Sevgi, quien es una talentosa abogada que tiene cáncer.

La historia comienza cuando en su sala de quimioterapia, Sevgi escucha hablar de un recurso alternativo que podría ayudarla a atravesar su enfermedad: las constelaciones familiares. Allí, adelantándose al esceptismo que su amiga médica iba a tomar al respecto, le pide a Leyla, su otra amiga relajada y compañera, que la acompañe a visitar a un maestro-guía que hace sesiones de constelaciones familiares. Así es como las tres mujeres emprenden un viaje que las llevará a conocer otra versión de sus historias familiares, su pasado y su presente.

Las amigas llegan así hasta una sesión de constelaciones familiares donde un maestro, llamado Zaman, las introduce en un mundo tan desconocido como liberador. Como en todo proceso, las protagonistas pasan momentos de creencia absoluta, sorpresas y de esceptismo, mucho de lo que suele sucederle a las personas que acuden a este tipo de sesiones en la vida real.

¿Qué son las constelaciones familiares?

Según la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal, las constelaciones familiares son un método terapéutico extendido por el psicoterapeuta alemán Bert Hellinger.  El objetivo de esta terapia es ampliar la comprensión de las relaciones que se dan en el seno de una familia, así como para tomar consciencia de determinadas dinámicas transgereneracionales que se repiten en una familia a lo largo del tiempo.

Como en la serie, quienes realizan este tipo de talleres, apuntan a cortar una especie de repetición de eventos familiares que se dan de manera inconsciente a lo largo del tiempo. Para hacerlo, se suelen formar talleres en los que se resuelven las necesidades que la persona que asiste quiera resolver.

En la trama de Netflix, se trata de un taller grupal en el que cada persona expone su problema y escoge entre el resto de los participantes a aquellas personas que actuarán como miembros de su familia, quienes pasan a sentir las emociones y sentimientos de las personas que representan, pese a no conocerlos.

Tras ello, el terapeuta o guía- en la serie representado por el Sr. Zaman- aplica diferentes estrategias con la intención de reestablecer el orden en el sistema, ayudando a quien se encuentra en el presente a darse cuenta de la problemática para generar una solución.

De la ficción a la realidad

Ahora bien, ¿cuánto de esto es cierto y cuánto ficción? En Flur quisimos sacarnos la duda y para ello consultamos a expertos.

Al tratarse de una ficción y no un documental, la serie toma elementos de la mirada de las constelaciones familiares para hacer ese relato que en algunos puntos coinciden y otros difieren a lo que viven quienes se han hecho constelaciones familiares y también quienes se dedican a ser guía.

Según Cristina Llaguno, abogada, consteladora familiar y autora de ¿En qué cajas vives? (Urano) en la serie están muy bien representadas las diferentes actitudes que suelen tomar los consultantes a la hora de los talleres. Hay quienes se acercan con actitud de predisposición, quienes tienen confianza y empatía y también quienes lo hacen de manera incrédula o dudosa.

Carolina Ricci, terapeuta holística, tarotista y astróloga argentina, atravesó personalmente una experiencia en un taller de constelaciones y pudo marcar las similitudes y diferencias con la serie. «Cuando yo me constelé lo hice de manera individual, no grupal como se ve en la serie pero se que ese tipo de talleres también se realizan», comentó.

Para ella, la técnica no difiere entre la ficción y la realidad aunque sí la serie agrega muchas cuestiones históricas que quizás no se dan de la misma manera en una terapia real. «La serie puntualiza en hechos de la historia de Turquía que quizás no se da tanto acá en Latinoamérica, pero si sucede todo tal cual respecto a las cuestiones de vínculos y relaciones», sostiene.

Respecto a la modalidad, Ricci cuenta: «Yo lo hice de manera individual y en lugar de personas tenía que colocar almohadones en representación de los miembros de mi familia y desde esa actitud constelar».

Más allá de las similitudes o diferencias en cuanto a la técnica y el modo de realizar la terapia de constelación, los especialistas coinciden en celebrar la serie porque muestra la esencia de este tipo de talleres: cómo el pasado sigue estando presente en nosotros aunque no seamos conscientes de ello.

A través de las constelaciones familiares podemos, entonces, descubrir cómo estamos relacionados en forma inconsciente con el pasado y cómo eso impide desarrollar nuestra propia vida. El trabajo tiene el propósito de reconocer y sanar las relaciones en todos los ámbitos de la vida y encontrar la fuerza para desarrollar todo nuestro potencial.

La originalidad de la trama, la irrupción en la pantalla de temas sobre los que poco hemos hablado y la posibilidad de poder abrirnos hacia nuevos caminos del autodescubrimiento son algunos de los factores que convirtieron esta serie (cuya temporada dos ya está confirmada) en una de las preferidas de este invierno.

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