PECARÍ, EL VALOR DE LO ARTESANAL

Entre tacos, suelas, hormas, cuero, pegamento y máquinas de coser, nos encontramos recorriendo una de las fábricas de Pecarí que luego de 63 años de trayectoria sigue a flote con su producción artesanal de zapatos. Esto quiere decir que todos los pasos del proceso de confección son realizados a mano. Sí, leyeron bien. A mano.

Nos detenemos en una fachada que pasa desapercibida entre los otros edificios de la cuadra, sabiendo que allí se esconde uno de los mejores lugares de confección de zapatos de cuero en Uruguay. Y como en Flur nos caracterizamos por ser curiosos –aún más con nuestras creaciones locales-charlamos con la fundadora y diseñadora de la marca, Rosario Bordes, sobre los desafíos a los que se enfrenta en el rubro, sus metas y sus inicios, entre otras cosas.

Los sonidos de metales y martilleos nos obligan a gritar cada vez que hacemos una pregunta, pero qué placer conocer de cerca la cocina de Pecarí.

La marca nace de las cenizas de un proyecto de exportación de cuero que fracasó y le dejó a Rosario un sobrante de mercadería que sirvió de base para comenzar lo que hoy es Pecarí. Exclusividad, calidad, diseño y una excelente atención del staff, son los pilares que se mantienen desde 1994 cuando Ro decidió abrir su propio emprendimiento.

Es cierto que los zapatos hechos en Uruguay se destacan por la calidad de sus materiales y el proceso consciente por el que son construidos. El uruguayo todavía mantiene un espíritu artesanal y rústico, que hace que los cueros mantengan algunas de sus características originales en la fabricación del calzado. La dueña de la fábrica, nos cuenta que hoy en día muchas marcas extranjeras utilizan cueros de baja calidad, y buscan ocultar sus imperfecciones a través de capas de pintura y procesos que los hacen ver perfectos, pero que puestos  quedan rígidos e incómodos. Esto a su vez genera mucha mas contaminación pues necesitan mayor cantidad de elementos químicos. Un producto artesanal se nota a simple vista, la calidad es sumamente mayor. Puede haber gente que le guste ver un producto confeccionado a mano y otra que no, va en cada uno valorar el trabajo detrás de esta obra maestra, lo cierto es que, nos quejamos de los precios, pero debemos primero ver todos los procesos, que son muchos y valorar el trabajo que lleva la producción nacional.

Los zapatos hechos a mano demoran aproximadamente 60 días en hacerse, desde que el diseño llega a la fábrica hasta que se va a los locales.

Una vez dentro de la fábrica, se decide el patrón y la escala (talles del 35 a 40) para mandar a cortar y numerar. Luego, se mandan al apartado donde se arman y se cosen, se colocan los herrajes seleccionados y recién en ese momento se inicia el proceso de armado. El mismo empieza por cerrar la punta y la base, lijar la parte de abajo y cementar y pegar la suela. Le sigue un circuito en el que se forra el taco y se le pega su suela. Finalmente, se limpian y se hace un control de calidad.

En el caso de Pecarí, llevan a cabo un control riguroso en el que se pueden llegar a hacer más de tres muestras hasta que el producto quede perfecto para poder empezar la colección entera. Una vez que se le da el ok a la muestra, se comienza la producción de cada modelo. (Por favor, no olviden que todo esto es a mano.)

La directora de la fábrica comenta que es un trabajo difícil ya que depende de varias áreas, es la receptora de muchos elementos y al ser una cadena, si un eslabón se atrasa, se atrasa todo el proceso. Además, se importan varios materiales que en Uruguay no se producen como el charol o algún cuero grabado.

La producción está marcada por algunas fechas claves como las dos ediciones de Moweek, el Día de la Madre y Navidad. Pasa todo muy rápido: es mayo y ya están pensando en las colecciones de verano.

‘’Antes, comprabas vestidos, zapatos y carteras y los usabas mil veces, pero ahora te compras uno y lo usas cuatro para dejarlo olvidado. Recuerdo que yo modificaba los vestidos, les agregaba tela o los acortaba para que se vean diferentes. Los rediseñaba para usarlos una y otra vez. Todo esto lo hacía sin haber estudiado diseño, porque en aquellos años no existían ese tipo de carreras. Abrí Pecarí sin haber estudiado nada de indumentaria, por más que me hubiese encantado’’, cuenta Rosario.

Hoy en día existen marcas con precios muy bajos, como los son Zara y H&M, entre otras muchas, con el único objetivo de ganar dinero, sin importarles el costo. Es una competencia difícil para las marcas de diseño de autor, pero la realidad es que ambas empresas apuntan a diferentes públicos. Pecarí busca a aquellas personas que valoran la exclusividad y la buena calidad, mientras que otros se orientan a un público que prioriza lo trendy y efímero sin hacer hincapié en la durabilidad.

Cada vez hay más mujeres uruguayas que apuestan al diseño de autor, valoran que sea exclusivo y no masivo. “Nos han ofrecido muchas veces tener un local en shoppings, pero seguimos diciendo que no, justamente para mantener la exclusividad de la marca. Estamos en puntos estratégicos y apostamos a lo sustentable y lo duradero. Es verdad que esto acota nuestro público a uno más selecto, pero no pretendemos otra cosa’’, agrega Ro.

La mujer que representa a Pecarí es aquella ejecutiva de unos 30 años que le apasiona la cultura y se mantiene en forma. Es elegante, sofisticada, fina y moderna.

En Uruguay y en el mundo se están priorizando los procesos sustentables en el rubro de la moda, ya que es uno de los principales causantes de contaminación después del petróleo. Esto hace que, de a poco, la gente tome conciencia y nuestro país ha evolucionado muchísimo en este tema, sobre todo luego del boom de los diseños de autor cuando surgieron las carreras de diseño. La famosa Fashion Revolution es un movimiento tremendo que pretende concientizar al consumidor sobre el proceso detrás del zapato que se encuentra en la vidriera. Rosario agrega que ‘’está bueno ser consciente del proceso que está detrás de lo que uno compra. Es un proceso gigante y complejo. Tiene que ver con lo sustentable, con el valorar mucho más al producto y no solo como una pieza de cuero. No es lo mismo un zapato de una marca masiva que un zapato hecho a mano, a través de un trabajo artesanal. Además, lo artesanal genera menos contaminación que lo industrial.’’

Un poco de historia:

Al reflexionar sobre los desafíos de ser una marca de autor, dice: “Uno de los grandes desafíos es estar todo el tiempo actualizándote. Si bien somos una marca clásica, en todas las colecciones ofrecemos nuevos diseños exclusivos siguiendo la tendencia del momento. El desafío es poder hacer eso sin irnos de nuestra impronta y personalidad. A su vez, al vivir en tiempos voraginosos, estamos recién en mayo sin que el frío aparezca y ya tenemos que pensar en el verano. Es una locura, pero me encanta.”

Rosario siente que ya ha alcanzado toda meta posible al haber llegado a ser la única marca de referencia en el rubro cuero en el Uruguay. Paulina Damiani (hija de Ro y posible sucesora de Pecarí) tiene visiones a futuro para la compañía de expandirse por fuera de nuestro país y sueña con tener algún local en Madrid, apostar más por el e-commerce y darle más fuerza a la comunicación de la marca para que llegue a ser excelente, como lo son sus productos.

Al ser la marca de referencia en cueros, las personalidades que visitan el Uruguay no se van si pasarse por alguno de sus locales, como sucedió con Hilary Clinton o con el ex presidente de México, Fox, entre otros. Somos apasionadas de una marca que apuesta a la producción nacional y artesanal, manteniéndose fiel a su identidad. Pero por sobre todo, porque su espíritu logra trascender la actualidad sin dejarse llevar por lo efímero. ¿Qué más? Este secreto: Pecarí logró captar la atención de los directivos de la Semana de la Moda en París para invitarla a formar parte. ¿Tendremos una nota de “Pecarí en París” dentro de un tiempo? Ya veremos.

Artículo por Sofía Supervielle

Fotos y video por Gabriella Rouiller