La mayoría de la gente que conozco que fue a Asia, o bien fue estudiante de arquitectura o economía, o se fue con la visa de working hollidays a Australia o Nueva Zelanda, y de allí eligieron varios destinos aprovechando la cercanía. Hace algunos años nos era imposible pensar en este tipo de viaje, pero hoy en día son más que posibles.
Por una parte los pasajes salían el doble de lo que hoy en día, con lo que de prima el viaje nos iba a costar solamente de pasaje unos 3.000 dólares, por otra parte la información sobre estos destinos era acotada… y a los que no les gusta viajar en excursión (como a mi) nos resultaba bastante difícil encontrar los spots que tenían que visitar. Asia es enorme!!! Cuando pensamos que vamos a un país como Tahilandia, Filipinas, Vietnam, tenemos que pensar que para conocerlos realmente hay mucho que recorrer, y las distancias son largas.
Aún así para mi Asia era un debe… asique este año decidí tomarme 45 días de vacaciones para recorrer algunos de los destinos que más me gustaban…
La investigación para seleccionar los destinos duró unos seis meses y fue ardua. Hoy les voy a hablar de la primer parte del viaje que fue en Vietnam, y en los próximos días les voy a contar de Filipinas, que es un destino completamente distinto.
El primer tip que les dejo es el de cómo conseguir un ticket barato: sacamos los pasajes por compañías distintas, y compramos los tramos por separado porque nos terminaba saliendo más barato que comprar todo junto. Sacamos el vuelo Montevideo-SaoPaulo por Latam y el vuelo de Sao Paulo-Bangkok por Ethiopian Airlines. El pasaje nos terminó saliendo US$1100 dólares en total, y estuvimos 33 horas para llegar a Bangkok.
De ahí nos fuimos a Camboya, en donde nos quedamos tres días recorriendo Ankor Watt, para luego ir a Hanoi.
Vietnam me sorprendió gratamente. Siempre fue un país que me llamó la atención. Mi tía había ido hace unos años y había traído fotos de un tráfico que parecía de otro planeta. Cuando estas en la capital, Hanoi, el único sonido que escuchas es el de las bocinas. Es impresionante. Las motos están por todas partes y parecen tener un lenguaje y reglas propias que a cualquiera de nosotros nos parecería una locura, pero increíblemente no vimos ningún accidente en los 15 días que nos quedamos.
En Hanoi nos quedamos en un hotel en Old Quarter, muy bien ubicado, lo cual nos permitió movernos mucho caminando y no tener que sufrir los estragos del embotellamiento. De todas formas en todo Hanoi hay Uber y funciona muy bien. Es más, hay tres tipos de Uber, UberX, UberMot y uber en conjunto con otros pasajeros, cada uno con su propia tarifa.
Hanoi, Old Quarter
En general moverse, comer y hasta la hotelería no es cara en Vietnam, pero si queres hacer los tours turísticos, o conocer lugares en las afueras como Sapa, Nin Bihn y otros te sale la excursión a precio Europa.
Les recomiendo algunos de los mejores lugares para comer en Hanoi:
- Madam Yen: Este restaurant es fusión asiático con europeo y fue un descubrimiento increible. Comimos pescado hecho en hoja de platano con una salsa de manteca que se derretía. De entrada pedimos unos springrolls frescos, que fueron los más ricos que comí en mi estadía. Además tienen cervezas artesanales y vinos exquisitos. La decoración del lugar es de lo más interesante.
Costo de la comida para 2 : US$ 32
- Café Runam Boutique: Este café tiene las mejores medialunas de Vietnam, y podes pedir que te preparen lo que te gusta a tu antojo.
- Pizza 4´p: Que descubrimiento! La mejor pizza que probamos en nuestra vida. Son tres dueños que decidieron volcar el amor que tenían por la pizza y abrir un restaurant en vietnam. Nunca imaginé que la mejor pizza que comí iba a ser en vietnam, pero así es. Tienen hasta postre de pizza! Y la masa es super fina, con gustos deliciosos. (No tiene salsa!)
Hanoi nos pareció un a ciudad llena de cultura y con un encanto muy especial. La gente en general está apurada pero no nos parecieron descorteses como nos habían dicho, sino al contrario, muy serviciales. Hay muchísimos lugares de comida, en general son lugares chicos y amenos. La gente a mediodía sale a la calle a comer en unos banquitos chiquitos. Lo que más ves es gente comiendo sopa. Creo que los vietnamitas comen sopa todo el día, desayunan sopa, almuerzan sopa and so on.
Yo les diría que si van a Hanoi no se pierdan los dos tours: Ninh Binh y Sapa, que son lo más pintoresco que puede tener, y que se den tiempo de experimentar la ciudad y la comida que es lo más interesante.
De Hanoi nos fuimos Halong Bay, una bahía que queda a tres horas en bus, en donde se encuentra un agua espectacular, y una gran gama de cruceros en donde poder pasar la noche. Nosotros elegimos el halongbaycruisetours y nos quedamos dos noches y tres días en el crucero Pelican Cruise. Tienen distintas actividades como son Tai Chi todo los días a las 7am arriba del barco, clases de cocina, y conoces toda la bahia que no tiene desperdicio.
De Halong Bay volvimos a Hanoi. Ya habíamos sacado el pasaje en el tren nocturno para Dong Hoi a través de vietnam-railway.com, sin tener idea de que nos íbamos a encontrar. La verdad estuvo muy bien. Por 50 dolares teníamos un camarote para nosotros con dos camas tipo cucheta y te dejaban agua y algunos dulces para el viaje. Salimos a las 22:00 y llegamos a las 7:30am. dormimos toda la noche sin problema. Habíamos investigado y descubrimos en Vietnam están las cuevas más grandes del mundo… si del mundo! Cuando vimos algunas de las fotos por internet no dudamos en que teníamos que ir. Los tours más interesantes eran unos en donde iban muy pocas personas y te quedabas a dormir en la selva. Sacamos el tour en oxalis.com.vn y la verdad es que no tiene desperdicio. Hicimos un día de trekking para llegar al campamento donde nos íbamos a quedar un par de días. Recorrimos cuevas enormes, anduvimos por ríos, trepamos rocas, vimos serpientes y cruzamos puentes hechos de pequeñas maderas que daban miedo. Fue una experiencia que no nos vamos a olvidar. El grupo de Oxalis es extremadamente profesional, muy recomendable. No es de los tours más baratos, pero vale la pena totalmente ya que la experiencia que tenes de esta forma es totalmente distinta a cuando entras a una cueva con 100 personas.
De Phung Nha nos tomamos otro tren (esta vez diurno) a Da Nang, que es un lugar de playa muy parecido a Rio de Janeiro, solo que el agua es extremadamente clara y está caliente (caliente en serio). Nosotros de Da Nang nos tomamos un taxi a Hoi An y nos quedamos ahí. Hoi An es el lugar de los sastres, está lleno de tiendas en donde te hacen los trajes a medida y además tienen un montón de productos en cuero de bufalo. También te hacen los zapatos a medida. Alquilamos una moto y recorrimos Hoi An y también ibamos a Da Nang cuando podíamos.
Nos tomamos un vuelo a Puc Quoc, una isla de Vietnam que supuestamente tiene las playas más lindas del país. Para esta isla elegimos un hotel un poco alejado de la ciudad pero que tenía todo. Sol Beach House . Este hotel no tiene desperdicio. Con una piscina impresionante y playa privada, las habitaciones son muy cómodas y la decoración del lugar me encantó. Además tiene tres restaurantes, uno en la piscina, uno en la playa y uno adentro del hotel. No precisas salir!
El último destino de Vietnam fue Ho Chi Ming. La verdad es que no teníamos ninguna expectativa de esta ciudad, más bien nos quedamos dos noches porque nuestro vuelo a Filipinas salía de ahí, y la ciudad nos sorprendió para bien. Es la ciudad más moderna de Vietnam, y también la más sofisticada. Podés encontrar todo lo que quieras para comer y salir a bailar y tiene los mejores skybars que estuvimos.
Algunos de los mejores restaurantes que fuimos:
- Tandoor: A los que nos gusta la comida india, este restaurante entre dentro del top 3 de restaurantes indios del mundo.
Costo de la comida x2: US$ 20
- Sushi Hai Dang: El mejor sushi que comí en mi vida, y con por un precio que no podes creer
Costo de la comida x2: US$ 20
- EON Heli Bar: Este es el bar del rascacielos más alto de Ho Chi Minh. Los tragos son muy buenos.
Precio tragos: US$ 8 cada uno
No duden en hacer este viaje! No se van a arrepentir…
Artículo y fotos por Gabriella Rouiller
